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sábado, febrero 27, 2010


Si me buscan, me encuentran... 



pero acá:


Dejo para la vuelta cierto post sobre la militancia verdadera y algunas cuestiones que vemos en estos días con el estupor de los que seguimos creyendo en las utopías y los sueños.

Ahora me voy que ya están mis cumpas desde tempranito armando todo para esta fiesta maravillosa de la solidaridad.

Si andan cerca, no dejen de darse una vueltita. No va a faltar nuestra música, los choris y mucha buena onda.
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miércoles, febrero 24, 2010


¡¡¡Bienvenido Francisco!!! 




No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

Fragmento de Todavía - Mario Benedetti

Francisco Madariaga Quintela, luego de 32 años en manos de un expropiador violento y genocida, recuperó su identidad.

Es el nieto recuperado n° 101, el 1° del año del Bicentenario. Hijo de Silvia Mónica Quintela y Abel Madariaga. Silvia fue cobardemente asesinada por los milicos luego de dar a luz a su hijo y robárselo. Abel se exilió hasta 1983, es Secretario de Abuelas de Plaza de Mayo, desde donde siempre buscó a su hijo.

Ayer entre lágrimas y sonrisas se abrazaron infinitamente, entrañablemente (literalmente: un abrazo que nacía desde las entrañas, desde lo más profundo de ese dolor y esa felicidad que solo los que han sufrido tanto conocen).

En el momento de ese abrazo se pudo escuchar que Francisco le decía a su padre: ¡No pudieron!

Y con esas dos palabras está todo dicho... lo que cada uno de nosotros podamos agregar sobra.



¡Bienvenido Francisco!


Pd. Vamos Ernestina, estamos esperando a los nietos N° 102 y 103... ¡Devolvé los Pibes!

Pd2. La imagen es de Ale de Ideas Peronistas. ¡Gracias Ale!
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sábado, febrero 20, 2010


Un poco de música para esos que andan malhumorados... 



El video es otra genialidad de Pato, del blog Maguila y yo, que además de creativa es buena mina y tiene la mejor de las ondas.

Muy poco más por decir, buen fin de semana, salgan a divertirse y vivan la vida que es corta y jodida.

Los perros del hortelano ya nos tienen las pelotas llenas y va siendo hora de que se den cuenta que a los "brigadistas" no se los para con un simple hackeo de contraseñas, che.

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lunes, febrero 15, 2010


Lockout mandibular 







Siempre hemos oído cómo alardeaban, aquellos que se la pasan mirando con una nostalgia cuasi lameculos al país del norte, que si les aumentaban el precio de tal o cual producto los yanquis no lo compraban más y al carajo. Así hasta que les bajaban el precio nuevamente, regulando los precios los consumidores y no el Dios Mercado, como acá.

Bueno muchachos, es su oportunidad de ponerlo en práctica. Pero ahora no nos vengan con que el asadito del domingo, la peña del viernes y la madre que los parió... porque sino vamos a terminar pensando que es fácil hacer teoría con vivencias ajenas. pero... (una vez más) a la hora de poner lo que hay que poner, son más rápidos para recular que para hablar, cosa que hasta ahora han hecho sin parar... hablar, mucho hablar, pero muy poca acción y realidad.

Por lo pronto en esta cueva InKorregible hoy se degustan unos exquisitos tallarines con crema; y por la noche unas pechuguitas con papas que ni te cuento.

Y a la carne de vaca si no le bajan el precio, ¡que se la coman ellos!:


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miércoles, febrero 10, 2010


Yo también soy la mierda oficialista 


Dedicado a todos los que me tienen los ovarios al plato preguntándome sin pudor: ¿¡¿cómo es posible que me guste Cristina y Néstor?!?

Lo dijo Barragán y me ahorró el discurso, además de decirlo mucho mejor de lo que yo hubiera podido hacerlo ;)




Ahora que ya está claro, ¿pueden dejar de preguntar boludeces por favor? Muchas gracias.

Firmado: una InKorregible más de la mierda oficialista.

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El peronismo, sus dos caras, y el antiperonismo en una historia cotidiana 



El miércoles estaba entrando a un restaurante porteño con algunos miembros de la organización barrial Túpac Amaru. Milagro Sala venía media cuadra más atrás, con su marido y otros compañeros. Cuando estábamos por entrar, un policía federal que estaba con otro en la puerta del restaurante de enfrente me miró y me hizo una seña. Nos detuvimos. El policía, un hombre de mediana edad, cruzó la calle y vino directo hacia mí. Yo debo haber retrocedido un poco y la cara se me debe haber puesto involuntariamente tensa: el policía estiraba su mano, iba a agarrarme el brazo.

-No te asustés que estoy emocionado, boluda –me dijo él riéndose, y entonces le vi el brillo en los ojos. Pero era raro. ¿Por qué un policía habría de emocionarse al verme? Nunca me había pasado y no pensé que alguna vez me pasara que un policía federal me abrazara en la calle y me felicitara por mi trabajo. El se separó de mí y me mostró su placa. Leí en voz alta su apellido, porque él me estaba sugiriendo que en su nombre estaba la explicación de esa emoción. No me lo dijo, pero bien me hubiese podido repetir: “Boluda”. Lo que dijo fue:

–El apellido no. Las iniciales.

Las leí también en voz alta:

–J. D.

Hubo un instante de silencio.

¡Juan Domingo! –grité.

El pegó una carcajada, asintiendo. Nos reímos mucho todos. En eso llegó Milagro, y para el tipo ya fue el colmo esa sorpresa. La hundió en sus brazos –ella es muy menudita–, y se largó a llorar en su hombro. Un peronista de cuna peronista, con padres que decidieron ponerle Juan Domingo. Un policía federal.

Milagro también es peronista desde niña. Su madre adoptiva, de quien estuvo distanciada muchos años pero a quien siempre amó mucho, y sigue haciéndolo, le escribió una vez una carta a Evita y tuvo respuesta. Le llegó una de aquellas máquinas de coser de las que habla la leyenda. A Jujuy llegó aquella Singer. A Jujuy nunca había llegado nada.

El peronismo está marcado con ese bautismo de reconocimiento de ciudadanía que obtuvieron en los ’40 y ’50 millones de argentinos que hasta ese momento no figuraban ni siquiera en las preocupaciones electorales de los políticos argentinos. Cuando Perón llegó a la Secretaría de Trabajo, lo que se estilaba en este país era el fraude. Era más fácil para los partidos tradicionales y para los ocasionales arribistas al poder gestar un engaño o un golpe que incluir a los oscuros y a los desharrapados como objeto de satisfacción política. Eso que ahora llaman “clientelismo” indiscriminadamente cuando se trata de pobres, no era ni siquiera necesario antes de Perón. El “clientelismo”, aun indiscriminadamente, supone un canje de satisfacción. Un canje tramposo y antidemocrático, es cierto, pero los que le reprochan al peronismo su “clientelismo” son los que también hablan de “populismo”. Las clases dominantes argentinas eran predemocráticas cuando nació el peronismo. No querían ni siquiera comprar a los pobres. Simplemente los explotaban a destajo, sin considerar el poder como algo distinto a su propiedad privada.

Hasta Perón, este país fue un ágora cocoliche, un vip berreta, una careta con un tajo racial marcado en el medio. Nunca lo revisamos ni lo admitimos, pero este país creó su ilusión de identidad con un feroz gesto de racismo. La ciudadanía era hasta entonces más que una condición, una aptitud. Se era apto si se era blanco, porque si se era blanco se había comido en la infancia y se había ido a la escuela. Posiblemente con sacrificios, por supuesto, incluso hasta con pobreza. Esa primera exclusión histórica fue racial.

Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero algunas no han cambiado nada. Ya escribí alguna vez que ese sentimiento de pertenencia que expresa el peronismo me es ajeno y que sólo puedo percibirlo, empatizar con él, rendirme ante su evidencia. Pero aunque no puedo afirmarme en esa identidad, porque no la reconozco en mí, tampoco puedo dejar de comprenderla en toda su contradictoria y magnífica dimensión movimientista.

Le toca ahora encarnar al peronismo disidente la versión del peronismo que no negó ni siquiera Perón. Es cierto que no es menos peronista ese peronismo. Eso lo refleja con maestría la película de Juan José Campanella, El secreto de sus ojos. Un personaje como ese violador incluido en la trama siniestra en la que derivó alguna vez el peronismo de derecha funde la historia particular en la general. Esta es la contradicción no resuelta del peronismo, pero quizá no se trate ya de una contradicción, sino de dos dicciones totalmente diferentes, dos fuerzas condenadas a competir por un nombre y una identidad. Me temo que nunca ninguna será más peronista que la otra. El contradictorio era Perón y cada fuerza refleja una parte de ese hombre que amplió fenomenalmente las bases de la política argentina.

El antiperonismo, en cambio, no es tan contradictorio. Es lineal en su asco a los malos modales, en su selectividad estética y en su abyecto lamento por los privilegios perdidos. Y en los sectores medios, es un lamento peor: como dijo inmejorablemente Carlos Barragán, “si los negros viven como uno, uno siente que tiene una vida de negro”.

SANDRA RUSSO
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sábado, febrero 06, 2010


Por muchos periodistas con ética y autocrítica como esta 


Gracias Victor Hugo, escucharte nos enciende un poquito más la llamita de la esperanza, por un periodismo realmente independiente y responsable:





Y a los boludos que piensan que todo se compra y todo se vende... A esos que no tienen ideales por eso menosprecian los de los otros... A esos, solo se les puede decir la sentencia maradoniana.
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